I.
Esperanza del valle,
granos y nueces como marcas
holladas hierbas
ruido
bono de dos horas
no conoce el juramento
no juega con nieve
ni sabe enjugar un cimiento.
II.
pies ligados, salta conejo
la fina seda,
la fina
estela de esta semana
quedará cuajada
en un juego de arenas.
El bol de agua rebosa la hora
y una calva dibuja un codo
y señala una jovial reverencia.
Arroces caídos de un árbol
directo a mi vaso
labios mirones
disuelta la sal,
salta
lazo
muerde el hierro laqueado 21.07.09
III.
robadores profesionales
Profecías sin dueño
Escapada siniestra
sin
fuego. hojarasca
multiplicada y dócil al relámpago
jugada de pleno invierno
caída de peñascos en flor y juramentos en
rueda
ni una
ni el otro
saben
ni navegan el aire 29.07.09
IV.
Soy una nube, una alfombra
un alga desactivada
un fuego en erupción
una cobra desdoblada
un espejo en un botón
una alcoba desbordada
pero los tientos y los bordes
me arropan y me tejen
mi red para esta larga caída
me tejen un guante para cada mano
y un velorio para ambos ojos. 16.08.09
V.
Con tinta sangre del corazón
una vuelta, una huerta,
una herradura en la frente sangrando.
VI.
lonta, pronta
una húmeda impronta
un hisopo alquilado a la lluvia
pétalos en flor
una aureola de sufrimientos
para una almohada nocturna
de vientos, de tientos,
de dientes olvidados por el camino.
Azpúrua dijo: es mi espera la esperanza,
devuélvete a tu muerte
repitamos: hoy es ayer. 04.08.09
VII.
un alboroto de lápices y linternas
de jugos desparramados
de muslos cortados
de espasmos en diáspora
o viejo cono de luciérnagas
encaramado en un mirador
fumando la luz
silbando un aire y un velo
el estómago como una vieja nuez
que gira sobre su eje. Espías.
Sicomoros. Siembren costuras atávicas
pieles de llanto
y lujos de dolor
no encuentro estante
para la llaga
la muela ni el olvido
e revuelca furioso el enjambre de ruedos y
cuellos
perdidos sin corte ni patrón
estrella caída del hombro
flotando en el lago
repitiendo un arco de mitemas viejos, en lengua
muerta.
simplificados símbolos del agua
y de la piedra
asfalto
y duda.
VIII.
lunes lunar, la orilla de enfrente
una luz, una linterna rayovac
apagada y sin pilas.
Una escuela con ojeras y orejas y relamidos
pasillos desbaratados a punta de ojos mágicos, de visor de fusil y encomienda
indígena.
Tenemos alma en los pies o en la baba, en los
cabellos que caen y teñimos, que avanzan hacia el blanco. Ternura entre dos
alas, entre dos balas y una respiración completa. Entre un verso y un juego de mesa que no
termina. Espesa muestra de dedos, señas y botones, esta no es la sala que yo
esperaba, era la otra, la roja, la granítica, la del esqueleto y el tímpani.
Oreja floja y roja secando segundos y delantal.
IX.
En
dónde está la costura a seguir, el emblema leído y tejido que guía la nariz
entre los segundos?
Espero
mi hora de pobreza, la abundancia me arranca los ojos, me hace perder el
círculo de bordado y la cuenta del agua y de los hijos. llevadero.
aserradero.
botadero de perlas y platos exquisitos cada
mañana, cada hora justa, cada reliquia del encuentro desborda, cae y rueda
dispepsia, cinco y último,
rueda, bota, empluma, repite
lo dice, lo dice, qué dice,
qué diente redijo, auscultamos demasiado lejos,
demasiada sonrisa, demasiado pueblo pobre, no auscultamos. Paramos esta huella y la imprimimos en vidrio
y la alzamos y la quebramos. Paramos
este exilio, escorpión, navaja colonizada?
X.
Andar entre el diente de mordida inútil,
ciega del quehacer,
y el tiempo…
-
No
te precipites, espera la caída
-
Me
precipito para no sentir la caída, para que se me encajen cuatro alas de
espinas en los costados, en el culo y en el plexo.
No sabemos cuándo tocaremos
aplastados el suelo, ora mañana, derramados,
ora en 33 abriles o cuarenta y siete semanas
con ciertas horas y estrictos minutos.
No pude evitar el paso, el pie en el abismo,
con uno bastó para que el otro lo siguiese y con los pies toda yo, todo gramo
reunido de vida
haciendo su mayor actuación
con el vacío largo y sostenido.
26.08.2012
XI.
Ávida puerta, tumulto de
sedas.
un ruido agazapado por los ruedos,
revuelta de tiempos y ballenas
hasta cuándo abriremos libros y espejos
buscando cifrados de lotería
la suerte está en mi llaga
una vieja, una huella letrada
derramando enaguas
jugando a viento cimarrón
enlutando fachadas postales
rodando toda bicicleta y todo patín al cuadrado
componiendo un verso en absurdo gerundio (dicho con contra)
disolviendo tallas, nombres, higueras secas y mojadas
números de puente
letra de cálculo y sistema
banal
hoja de encaje tejida con
mieles del odio más profundo y antiguo
cal de la tierra mojada, en
círculo
espesura del viento
tiempo del tiento
sobre tu dedo índice gira la aguja del huerto infinito
desmedida simpática y filiforme
sintiendo, cenando cada sinapsis
apta para el bollo
almados desarrollos
en la hora ecuestre
llevan, nievan, albujan horas de sol
criterios/cementerios de arenas, garzas en celo, mieles de última cena
despedida la mano del aire
se me escapa esta escena volteada y bordada
con la más noble cartera
P.S. el
verso que baila y pide
No me suelta
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